La cocina es el corazón de la casa. En ella se cocina, se come, se charla, se estudia, se ríe, se vive. Si la cocina es el corazón de la casa, ¿por qué no integrarla al salón o el comedor? Se trata de derribar muros para construir espacios.
Las cocinas abiertas abiertas aumentan la comunicación entre espacios y permiten compartir momentos entre los habitantes de la casa. Los espacios abiertos ganan luz, creando zonas más vivas.
Las islas con barra son una excelente opción como elemento de transición entre la cocina y el comedor. Permiten ampliar la zona de trabajo de la cocina y crear una pequeña zona para desayunos y comidas ligeras. Otra opción es emplear el comedor como elemento de transición entre la cocina y el salón.
Una tendencia intermedia es derribar muros opacos y optar por elementos divisorios que no supongan una barrera visual: cristal, entramados de madera, etc. Abierta y cerrada a la vez. Así se potencia la luz natural que fluye sin obstáculos.
Otra opción para darle continuidad al espacio es emplear el mismo tipo de suelos y la misma gama cromática para conseguir unidad espacial. Que la cocina y el salón compartan gama de color en muebles, paredes y textiles permite lograr la continuidad del espacio.
Si abrimos la cocina al salón o al comedor es para ganar espacio y luz. ¡Apuesta por ello!
*Imágenes vía Pinterest